Cada tipo de deporte tiene una relación de diferente con la vista. En los deportes de raqueta, por ejemplo, la velocidad de la pelota obliga a desarrollar los reflejos visuales para ajustar los movimientos y golpear a la bola. Por otro lado, hay actividades que requieren de una protección especial para la visión a la hora de practicarlas, como es el caso del esquí y otros deportes de montaña.
Mientras se está practicando deporte, lo habitual es decantarse por lentes de contacto porque resultan más cómodas. Sin embargo, las condiciones oculares sufren algunas variaciones mientras se realiza una actividad física de intensidad elevada. Por este motivo, muchos deportistas recurren a su óptico optometrista para que determine qué tipo de lente de contacto se adecua mejor a sus necesidades.
Algo que casi nadie percibe y en lo que muy poca gente se para a pensar es en cómo influye la vista en los jugadores profesionales del tenis. Ellos conocen lo importante que es su salud visual, ya que la velocidad de la pelota no deja apenas tiempo de verla ni de reaccionar. La información que reciben los ojos y que transmiten al cerebro es muy amplia en un corto espacio de tiempo, por lo que el tenista debe intuir hacia dónde llegará la pelota, dado que la trayectoria de la pelota es demasiado rápida para el sistema visual. Además, el jugador debe fijar la bola con la vista cuando está a escasos metros de él y coordinar sus movimientos para impactar bien con su raqueta. Todo en cuestión de segundos. Como para no dar importancia a la vista ¿verdad?
Existen entrenamientos específicos para la visión de los deportistas que mejoran su rendimiento. Igual que en deportes de montaña como la escalada, el esquí o el snowboard, quienes los practicas se ven obligados a enfrentarse muchas veces condiciones de mala visibilidad. Para ello también hay ejercicios visuales que se centran en potenciar algunos aspectos específicos de la vista.