Llega el buen tiempo y aumentan las horas de exposición al sol, actividades al aire libre, playa, piscina, paseos por la ciudad…La mayoría de la población está concienciada de que debe proteger su piel pero ¿Qué ocurre con los ojos?
A menudo no se les da la importancia que realmente tienen y se suele olvidar que el órgano de la visión es uno de los más delicados del ser humano y por ello uno de los que más sufre la incidencia de los rayos solares.
En niños y adolescentes es aún más evidente, porque no tienen formada completamente la estructura visual, lo que provoca que la exposición prolongada al sol sin la protección de unas gafas adecuadas, sea todavía más dañina para su vista.
Por este motivo, no se puede llevar cualquier tipo de gafas de sol. El uso de gafas sin homologar ha aumentado en detrimento de la salud visual, y es que este tipo de gafas puede ocasionar lesiones oculares graves.
Evitar lesiones oculares derivadas del sol, ¿Cómo elegir unas buenas gafas?
Acudir a un establecimiento especializado, confiar en el profesional óptico-optometrista y adquirir unas buenas gafas de sol es una cuestión de salud, no de moda.